¿Eres capaz de controlar tus emociones?
¿Estás en paz con las emociones que sientes a diario?
La mayoría de las personas no pueden contestar afirmativamente y con una gran sonrisa a estas preguntas, lo cual es una lástima. Si pudieras sentirte satisfecho con tu mundo emocional y disfrutar de lo que sientes cada día, tu vida sería simplemente más tranquila.
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Si no estás a gusto con la forma en que experimentas y expresas tus emociones, este malestar repercutirá en todas las áreas de tu vida, incluyendo la salud de tu cuerpo porque
la forma en la que lidias con tu mundo interno determina la calidad de tu vida en general.
Si te sientes desconectado de tus emociones, piensas que están fuera de tu control o crees que tus emociones siempre te superan y destruyen tu bienestar, este artículo es para ti.
Para conectarte con tu mundo emocional y un tiempo evitar una crisis personal, lo mejor que puedes hacer es aprender a utilizar tus emociones. Presta mucha atención a las siguientes reflexiones y luego analiza el grado en que estás lidiando erróneamente con las cosas que sientes.
1. No escapes a tus emociones negativas, no las niegues y no pretendas que no existen
La visión convencional de las emociones, como buenas o malas, positivas o negativas, es inapropiada, ya que te hace pensar que debes deshacerte de las emociones malas cuanto antes. Es por esto que sientes vergüenza al experimentar emociones negativas y no las ves como algo inherentemente valioso.
En otras palabras, quieres sentir únicamente cosas buenas y no reconoces que la belleza de la vida también radica en que es frágil y llena de vacíos y sinsentidos. Es por esto que intentas hacer hasta lo imposible por quitarte la amargura, la soledad o el aburrimiento. No te das la oportunidad de experimentar estas emociones, de saborearlas y de disolverlas "naturalmente": No caes en la cuenta que
ignorar tus emociones negativas hace que se hagan más fuertes.
Nuestra cultura valora en exceso las emociones positivas, y por ende, te ha enseñado a ocultar, camuflar, negar y enterrar tus emociones negativas. Incluso, puede que seas todo un experto en hacerlo. Hacer esto te llevará a una acumulación y desorden emocional que jugarám en contra tuya a largo plazo.
Mira, tus sentimientos son una reacción a la forma en que decides vivir cada momento de tu vida. Las emociones no son algo espontáneo, tú decides cómo vivir cada situación que experimentas. Tus emociones son reales y necesarias porque tú mismo las creas y te guías por ellas.
El primer paso, como en muchas ocasiones, es la
aceptación radical. Acepta tus emociones. Acepta que existen, que están en tu vida, que las has creado por un motivo, que te están indicando algo.
Si no aceptas tus emociones, siempre estarán en contra tuya hasta que decidas reconocerlas.
2. No trivialices tus emociones, no huyas de su significado
Tus emociones tienen una función muy importante. Te permiten ubicarte de una manera rápida (y la gran mayoría de veces, precisa) en tu entorno. Las emociones funcionan como un sistema de alerta que te señala los peligros, las oportunidades y las acciones que debes emprender para alcanzar tus objetivos.
Además, te indican las cosas que son beneficiosas o importantes para ti, incluso cuando no tienes una percepción clara de algo o de alguien.
Por favor, no pienses que tus emociones son algo malo o que están equivocadas, no las juzgues de antemano.
Las emociones negativas te muestran que algo que estás haciendo no te satisface o que no funciona para ti. Puede ser un problema de enfoque, de actitud, de estrategia o simplemente de satisfacción personal. Tal vez te estés comunicando de manera equivocada con los demás, o quizás estés percibiendo las cosas del modo que no son.
Así que en lugar de pensar que las emociones son un obstáculo, reconoce el sentido que tienen para ti.
Las emociones no se irán hasta que no hayas resuelto su necesidad. En otras palabras, no te abandonarán hasta que no les hayas prestado la atención que merecen.
3. Tus emociones no son reacciones automáticas. Tú eres su diseñador, tú las creas, tú las expresas y tú eres quien recibe sus efectos
No hace falta que vivas ciertas experiencias para sentir las cosas que siempre has querido sentir. No tienes que alcanzar un punto específico en tu vida para sentirte feliz, amado, seguro, confiado, etc. Tampoco tienes que esperar a que alguien aterrice en tu vida para que finalmente puedas permitirte sentir ciertas cosas.
Esos logros personales e interpersonales son una ilusión que hacen que tú te des permiso para sentir algo. Pero si entiendes que son una ilusión, ya no los vas a necesitar.
Te puedes dar permiso de sentir lo que quieras, cuando quieras. Puedes sentirte como quieras sin tener que esperar a que pase algo o alguien.
Tampoco necesitas una razón. Sentirte bien es tan sencillo como tomar una decisión. Cuando comprendes que puedes sentirte como se te antoje porque puedes crear y dirigir los efectos de tus emociones, obtienes un poder incalculable. De hecho, obtienes el ingrediente principal de la receta perfecta para motivarte.
4. No permitas que tus emociones inunden tu vida
La intensidad y frecuencia con la que sientes una emoción determinada no es producto del azar, sino de tu propio cerebro. Si sientes que una emoción te está superando, busca un respiro, enfríate emocionalmente, distráete, descansa y sólo entonces enfrenta lo que estás sintiendo.
Dejar que las emociones se manifiesten en tu vida sin ningún filtro ni control te hundirá en un pozo sin fondo.
Si te sientes muy mal por algo que te sucedió y no buscas
alternativas para distanciarte de tu malestar por un tiempo, te dejarás inundar por tus emociones, lo que se convertirá en una catástrofe si además estás convencido de que no tienes ningún control sobre ellas.
Por lo tanto, no contengas tus emociones porque en un momento dado estallarán y acabarán con todo a su paso; pero tampoco las dejes sueltas ni intentes hacerle frente cuando no cuentas con los recursos apropiados, porque desbordarán tu vida.
5. No racionalices tus emociones, pues siempre encontrarás una justificación para cada una de ellas
Tu mente hará hasta lo imposible para convencerte de que lo que sientes en un momento dado (rabia intensa, indiferencia, desazón) es totalmente aceptable en términos racionales. Créeme, incluso la emoción más perjudicial para ti y para los demás, puede escudarse detrás de un argumento fabricado por tu mente. Lo que haces en estos casos es
justificar lo que sientes,
en lugar de conectarte con lo que sientes.
Cuando justificas una emoción, tu intención es obtener la certeza de que lo que sientes es correcto y que no existe otra alternativa. Esto
hará que esas emociones se prolonguen más de lo necesario y que
tengas que soportarlas, haciendo que surjan otras emociones que no tendrían por qué estar ahí.
Por ejemplo, puedes sentir rabia, pasar por la soberbia, hacer un pequeño tour por la frustración, visitar brevemente el tedio y quedarte un buen rato en la angustia, sin tener la más mínima idea de por qué sientes lo que sientes e intentando justificar cada una de tus emociones, como si fueran indignas de ser sentidas pero como si a la vez necesitaran una razón clara y específica para poder entrar en tu mundo.
Tus emociones no necesitan una explicación racional para existir. Siéntelas con toda su intensidad, aprópiate de ellas y encuentra su significado, el mensaje que quieren darte. Todo lo que sientes es valioso, pero no tienes por qué sentirlo más de lo necesario. En lugar de enredarte la cabeza con tus emociones, dales su lugar y tramítalas lo más pronto posible.
Conclusión: conéctate con tus emociones
Cuando te conectas con tus emociones, entiendes por qué las estás sintiendo, aprendes a aceptarlas, a estar en paz con ellas y a disolverlas apropiadamente cuando ya han cumplido su función.
Si conectas con tus emociones, entiendes que son señales de que algo no anda bien, no te identificas con ellas, entiendes que ellas no te poseen y aprendes a etiquetarlas correctamente. En lugar de justificarlas, aprendes a conocerlas y a diferenciar, por ejemplo, la fatiga de la apatía, la impaciencia de la preocupación, la tristeza de la culpa, etc.
"Es muy importante entender que la inteligencia emocional
no es lo opuesto a la inteligencia,
no es el triunfo del corazón sobre la cabeza,
es la intersección de ambas"
David Caruso
Recuerda entonces las 5 recomendaciones para entrar en contacto con tus emociones:
1. Acepta su existencia, reconócelas y date la oportunidad de sentirlas plenamente.
2. Busca el significado de lo que estás sintiendo. Las emociones te están diciendo algo y no se irán hasta que no lo descubras.
3. Tú estás en control de tus emociones. Asume el mando.
4. Ve despacio y haz lo que necesites hacer para prepararte para afrontar lo que sientes.
5. Sé flexible ante tu mundo emocional: toma tiempos fuera pero entiende que lo sientes en un momento dado es valioso y no necesita una justificación para estar ahí.
"En la última década, la ciencia ha descubierto el rol que las emociones juegan en nuestras vidas.
Los investigadores han encontrado que incluso más que el cociente intelectual,
la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos,
determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida,
incluyendo las relaciones familiares"
John Gottman
PARA DISCUTIR
1. ¿Por qué crees que algunas personas son capaces de controlar sus emociones mientras que otras no? ¿Qué crees que las diferencia?
2. ¿Eres capaz de sentir una emoción negativa sin sentirte mal ni culparte por ello?
3. ¿Te sientes satisfecho con la forma en la que gestionas tus emociones? ¿Por qué?
4. ¿Cuál ha sido la peor manifestación física que has tenido de una emoción?
5. ¿Cuál es la emoción negativa que más te cuesta enfrentar? ¿Por qué?
"La ira,
el resentimiento
y los celos
no cambian el corazón de los otros,
solo cambia el tuyo".
Shannon L. Alder
PARA HACER
1. Si en este momento estás experimentando una emoción negativa muy intensa, busca una forma de distraerte temporalmente antes de afrontarla.
Aquí tienes más de 100 ideas.
2. Descubre la emoción a la que más le temes y escribe 5 razones de por qué es útil esta emoción en tu vida.
3. La próxima vez que estés experimentando una emoción predominantemente "negativa", intenta sentirla y aceptarla completamente. No la juzgues, no intentes eliminarla ni distraerte. Simplemente siéntela.
4. Si estás sintiendo algo que siempre has ocultado a los demás, busca una persona de confianza y cuéntale cómo te sientes. Se específico y dile que no quieres que te dé una solución, sino que deseas expresarlo y que únicamente te escuche.
5. Toma la decisión justo ahora de sentir una emoción "positiva" a pesar de no tener una razón o justificación concreta para sentirla. Por ejemplo, si quieres sentirte tranquilo, decídelo ahora mismo y haz todo lo posible para sentirte así. ¡Crea la emoción de tranquilidad!
"Una emoción no causa dolor.
La resistencia o supresión de una emoción causa dolor"
Frederick Dodson