Con frecuencia la literatura expresa de manera magnífica y sin igual las penas y glorias de nuestra vida. El poeta y el escritor se esfuerzan tenazmente en encontrar la palabra indicada y la frase perfecta para expresar ideas poderosas o inspiradoras. Ese esfuerzo sin duda es recompensado por los versos y los párrafos hermosos que se siembran en nuestra mente y nuestro corazón con fuerza e inquietud.
En mi camino personal, he descubierto en la literatura una gran fuente de motivación y de introspección. Constantemente vuelvo a ella en busca de calma o de estimulación, y nunca me he sentido decepcionado. Es por esto que sigo trayendo al blog algunos escritores cuyo trabajo admiro, aunque en ocasiones sólo conozca una frase, un poema o una sencilla carta del autor.
En esta ocasión, traigo una reflexión sobre el paso del tiempo y nuestra percepción del mismo. Este es uno de esos poemas que justo después de leerlo, tuve que escribirlo en una de mis agendas, ya que en ese momento deseaba tener más tiempo para hacer muchas más cosas de las que hacía y al entender el mensaje del este poema, me detuve en seco.
En ese momento, comencé a entender que la mente es quien controla el paso del tiempo y nuestro afán no debe centrarse en hacerlo todo rápido o tener más tiempo para hacer lo que tanto deseamos hacer, sino en vivir el momento presente con toda la intensidad posible, con toda nuestra atención en lo que estamos viviendo justo ahora, no en lo que acabamos de vivir ni en lo que estamos a punto de vivir. Para mí, el siguiente poema es un magnífico recuerdo de esta sabiduría.
Rogelio Echavarría, nacido en Santa Rosa de Osos en 1926, estudió bachillerato en su pueblo, en un seminario de Bogotá y en el Liceo de la Universidad de Antioquia. A los 15 años inició en la radio y en un diario de Medellín su carrera de periodista profesional que completó 40 años en la prensa de Bogotá: 10 en El Espectador y 30 en EL TIEMPO como subjefe de redacción, subeditor, columnista y comentarista cultural.
Su obra poética es breve pero intensa y se encuentra en dos libros: Edad sin tiempo (1948) y El transeúnte (1964). De su poesía escribió con gran tino Darío Jaramillo Agudelo: Rogelio Echavarría es un poeta original en la poesía colombiana porque fue el primero que abrió los ojos a la poesía de lo cotidiano y de la ciudad: y lo hizo sin perder vuelo lírico, sin abandonar el misterio esencial de la poesía .
Es notable su trabajo como compilador y antologista de la poesía colombiana: Versos memorables (1989); Lira de amor (1990); Los mejores versos a la madre (1992); Crónicas de otras muertes y otras vidas (1993); Mil y una notas (1995); Poemas al padre (1997); el II tomo de la Antología de la poesía colombiana, publicada por la Presidencia de la República en 1996; Antología de la poesía colombiana (1997) y Quién es quién en la poesía colombiana (1998).
REFERENCIAS:
A la vida y obra de un poeta. Periódico el tiempo. 24 de noviembre de 2002.
En mi camino personal, he descubierto en la literatura una gran fuente de motivación y de introspección. Constantemente vuelvo a ella en busca de calma o de estimulación, y nunca me he sentido decepcionado. Es por esto que sigo trayendo al blog algunos escritores cuyo trabajo admiro, aunque en ocasiones sólo conozca una frase, un poema o una sencilla carta del autor.
En esta ocasión, traigo una reflexión sobre el paso del tiempo y nuestra percepción del mismo. Este es uno de esos poemas que justo después de leerlo, tuve que escribirlo en una de mis agendas, ya que en ese momento deseaba tener más tiempo para hacer muchas más cosas de las que hacía y al entender el mensaje del este poema, me detuve en seco.
En ese momento, comencé a entender que la mente es quien controla el paso del tiempo y nuestro afán no debe centrarse en hacerlo todo rápido o tener más tiempo para hacer lo que tanto deseamos hacer, sino en vivir el momento presente con toda la intensidad posible, con toda nuestra atención en lo que estamos viviendo justo ahora, no en lo que acabamos de vivir ni en lo que estamos a punto de vivir. Para mí, el siguiente poema es un magnífico recuerdo de esta sabiduría.
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| Tiempo Perdido - Rogelio Echavarría |
Su obra poética es breve pero intensa y se encuentra en dos libros: Edad sin tiempo (1948) y El transeúnte (1964). De su poesía escribió con gran tino Darío Jaramillo Agudelo: Rogelio Echavarría es un poeta original en la poesía colombiana porque fue el primero que abrió los ojos a la poesía de lo cotidiano y de la ciudad: y lo hizo sin perder vuelo lírico, sin abandonar el misterio esencial de la poesía .
Es notable su trabajo como compilador y antologista de la poesía colombiana: Versos memorables (1989); Lira de amor (1990); Los mejores versos a la madre (1992); Crónicas de otras muertes y otras vidas (1993); Mil y una notas (1995); Poemas al padre (1997); el II tomo de la Antología de la poesía colombiana, publicada por la Presidencia de la República en 1996; Antología de la poesía colombiana (1997) y Quién es quién en la poesía colombiana (1998).
REFERENCIAS:
A la vida y obra de un poeta. Periódico el tiempo. 24 de noviembre de 2002.
"Tiempo perdido" - Rogelio Echavarría
Cómo te quejas de que pase el tiempo
si vives sofocándolo, apremiándolo,
conjurando sus plazos, estrechando
su camisa, podando su almanaque.
Niño quieres ser joven y maduro
ya no aceptas ser viejo. ¿Quién entiende?
Compras para pagar y después gimes
cuando te exigen saldo y vencimiento.
Haces ayer el diario de mañana
no vives hoy amor sin recuerdo
en enero trabajas por diciembre
y tienes mal del siglo... venidero.
y cuando escribes luces un quevedo
en lugar de los lentes de contacto
Miras más lejos de la tumba y sabes
que el alma es miope y suele tropezarla.
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