Aprende a tomar buenas decisiones: Parte 1

Son nuestras decisiones

las que muestran lo que podemos llegar a ser.

Mucho más que nuestras propias habilidades.

Joanne Kathleen Rowling

La toma de decisiones es uno de los aspectos más estudiados en psicología y es sin duda, uno de los retos más comunes pero complicados de nuestra vida diaria. Constantemente nos vemos enfrentados a cientos de opciones diarias y aunque la mayoría de decisiones que tomamos cada día no son trascendentales, en ocasiones debemos tomar una decisión muy importante y no sabemos qué hacer.

El día de hoy compartiré un sencillo ejercicio que te ayudará a tomar mejores decisiones por medio de una técnica que recomiendo muchísimo en mi práctica clínica y que considero el paso fundamental para tomar una decisión acertada, sin importar de qué se trate.

Prácticamente todos los terapeutas y coaches recomiendan llevarla a cabo: Se trata de un análisis o balance de costos y beneficios. El análisis de costo-beneficio es comúmente aplicado en la toma de decisiones personales y empresariales.

Sin embargo, algunas personas, aunque entienden lo que deben hacer tan sólo con oír el nombre, no lo hacen tan bien. Por eso, hoy te explicaré paso a paso cómo sacarle el mayor provecho a esta técnica.

Una de las grandes ventajas de este ejercicio, es que sirve también como un ejercicio de control emocional. En la segunda parte de esta publicación te explicare cómo funciona a nivel emocional y por qué.

Personalmente, he supervisado este ejercicio con distintos tipos de personas y suele generar excelentes resultados gracias a su eficiencia y simplicidad. No sólo eso, sino que yo mismo he comprobado su efectividad en numerosas ocasiones en las que he implementado este ejercicio para tomar una decisión en mi vida.

¿Cómo realizar nuestro balance de costos y beneficios a la hora de tomar decisiones?

El ejercicio consiste en buscar un cuaderno o una hoja de papel y un esfero para escribir los costos y beneficios de tomar o no una decisión dada. Personalmente, recomiendo usar una computadora o un teléfono inteligente, pues esto te permite editar sin tener que tachar y gastar muchas hojas. Igualmente, te permite reorganizar la información conforme la vayas compilando.

Con el objetivo de hacer el ejercicio lo más efectivo posible, éste debe realizarse de cierta manera. A continuación, te refiero las instrucciones y las reglas que deberías cumplir.

1. El ejercicio debe ser escrito.

Un hombre tiene que escoger.

En esto reside su fuerza:

en el poder de sus decisiones.

Paulo Coelho

Esta regla es obligatoria desde mi punto de vista. La idea es que te descargues mentalmente y alivianes la carga que posees en tu cerebro al considerar toda la información relacionada con tu decisión.

El uso de notas lo he explicado antes, pero te lo explicaré de nuevo con un ejemplo:

La probabilidad de que esto le ocurra a cualquier persona es muy alta debido a que la carga cognitiva que demanda la tarea es muy alta. En otras palabras, la carga que debe soportar tu mente hace que te exijas mucho y a un tiempo hace que sea más probable que cometas más errores. En este sentido, si tuvieras que memorizar 20 o 30 productos, la carga mental sería mucho más alta y sería casi imposible que lograras comprar todo sin errores.

Pues bien, toda esta carga mental puede eliminarse instantáneamente con una lista escrita de compras. Así, puedes guardar muy bien tu lista en tu bolsillo o billetera y simplemente tienes que verificar lo que tienes por escrito mientras haces las compras.  

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No tienes que estar alerta todo el tiempo ni tienes que recordar absolutamente nada. Te estresarás y tensionarás mucho menos y harás tus compras más rápido.

Si haces por escrito tu balance de costos y beneficios, no tienes que guardar y procesar toda esa información mentalmente, lo harás más rápido y no repetirás incesamente los mismos pensamientos.

Igualmente, no estarás sesgado, ya que nuestra memoria hace que recordemos ciertas cosas mejor que otras, y en ese caso, podrías omitir información que hubiera cambiado totalmente nuestras acciones

2. Debes escribir todo lo que se te ocurra diferenciando entre costos y beneficios de tomar una decisión, y costos y beneficios de no tomarla.

Las decisiones rápidas
son decisiones inseguras.
Sófocles

En este caso, lo que debes contemplar es lo siguiente:

Aunque los costos de tomar la decisión X (punto A) y los beneficios de no tomar la decisión X (punto D); así como los costos de no tomar la decisión X (punto C) y los beneficios de tomar la decisión X (punto B) son parámetros similares, NO son idénticos y están diseñados con el propósito de ser complementarios.

En los puntos A y B, la decisión es activa e involucra directamente la decisión a tomar. En los puntos C y D, la decisión es indirecta y pasiva, e involucra otras decisiones relacionadas.

3. Debes hacer el balance de costos beneficios en las distintas áreas de tu vida.

Evitad las decisiones desesperadas;

pasará el día más tenebroso

si tenéis valor para vivir hasta el día siguiente.

William Cowper

Inclusive si es una decisión estrictamente de una única dimensión de tu vida, es necesario que contemples el impacto que tu decisión tendría en todas o algunas de las siguientes áreas de tu vida: (1) laboral y profesional; (2) académica e intelectual; (3) social; (4) familiar y de pareja; (5) física, sexual, deportiva y de salud; (6) legal y financiera, (7) de ocio, tiempo libre y recreación, (8) espiritual y (9) personal y emocional.

Por supuesto, en algunas áreas la reflexión será mínima, pero es imperativo que hagas un repaso por todas estas áreas para que percibas el impacto general de una decisión en todos los aspectos posibles.

Contemplando las distintas áreas vitales involucradas en una decisión, organizas mejor la información y puedes determinar con exactitud el impacto de tu decisión a nivel general y particular.

Después de todo, raramente una decisión tiene impacto en una sola área. Por ejemplo, un cambio de empleo prácticamente afecta todas las áreas, y si debes elegir entre dos opciones, te ayudaría mucho contemplar qué cambiaría en áreas más personales, así que es fundamental que no omitas este paso.

4. Debes calificar cualitativa y/o cuantitativamente tus respuestas.

Este ejercicio se basa en la lógica y la razón, pero es claro que nosotros no tomamos decisiones basadas enteramente en lo que más nos conviene o en lo que parece más razonable, justo o prudente. Gran parte de nuestras decisiones están basadas en aspectos emocionales.

Inclusive, en ciertas ocasiones hemos tomado decisiones que van en contra de todo lo que parece más lógico; pero esto no es un defecto, sino que simplemente es nuestra naturaleza humana.

Para compensar este aspecto, necesitamos ponerle un peso a cada aspecto que mencionemos, este peso o calificación debe ir de 1 a 10 y debe ser una calificación que refleje cómo te sientes al respecto.

En otras palabras, es una calificación de las sensaciones, emociones y sentimientos relacionados con cada aspecto. Esto es muy importante porque lo fundamental es que te sientas satisfecho con tu decisión y que estés dispuesto a asumir los costos de la misma.

Calificación cualitativa: Califica de 1 a 10 cada una de tus respuestas según el grado de incomodidad o satisfacción que te proporcionaría ese costo o beneficio en tu vida, siendo 10 el mayor grado y 1 el menor grado.

Calificación cuantitativa: Califica de 1 a 10 cada una de tus respuestas según el grado de importancia que tiene ese costo o beneficio en tu vida, siendo 10 el mayor grado de importancia y 1 el menor grado de importancia.

Después de elaborar este análisis existe una gran probabilidad de que tu balanza decisional se incline más hacia un lado. En caso de que no sea así, te recomiendo consultar la segunda parte de este ejercicio.