Ahora que hemos hablado sobre el ritmo y las pausas adecuadas al hablar en público, me gustaría continuar con el tema discutiendo un poco acerca de los gestos y el movimiento. Los gestos y el movimiento corporal durante una presentación se utilizan básicamente para aumentar la claridad sobre lo que estamos diciendo. En este sentido, nuestro lenguaje corporal debe ser intencional, debe tener un propósito claro. No debemos movernos porque sí.
Al dar un discurso, no debemos movernos o hacer gestos que no apuntan hacia un fin específico. |
1. Cómo usar los gestos para hablar en público
Los gestos deben relacionarse con las cosas que estamos diciendo y sirven -por decirlo de algún modo- para subrayar, poner mayúsculas, negrita o cursivas en nuestro discurso. Sin embargo, los gestos no deben usarse para ilustrar tus ideas. Es decir, no debes representar tus ideas por medio de los gestos. Hablar en público no es una obra de teatro, así que no utilices signos y gestos llamativos o exagerados para referirte a las cosas que estás diciendo.
Asegúrate que los gestos que utilices no se vean muy forzados (o premeditados) y que utilicen una buena parte del espacio en frente de ti. No obstante, no hagas los gestos demasiado altos o demasiado bajos, porque se verán incómodos y perderán su naturalidad. Es decir, no bajes los brazos, pero tampoco los subas muy alto. No pongas tus manos a los lados, como si estuvieran pegadas a tu cuerpo. Abre los brazos, ponlos frente a tu estómago y pecho y procura que no estén rígidos en ningún momento.
Los gestos nos sirven para hacer énfasis sobre ciertas ideas o palabras que necesitamos que sobresalgan en el discurso. |
Al hablar en público tendrás un montón de energía que debe ser usada por medio de la gestualidad. No la bloquees, porque igualmente intentará salir por medio de tus dedos, tus piernas, tu voz, tus pies o por la parte que menos puedas controlar de tu cuerpo. Aunque no sepas qué hacer con tus manos, no las dejes quietas. Sin que lo notes, terminarás moviéndolas aunque no muevas tus brazos y atraerás la atención del público hacia tus manos incontroladas y no hacia lo que estás diciendo.
Seguramente en este punto te preguntarás qué hacer entonces con tus manos y brazos. Si no es natural para ti hacer ciertos gestos al hablar, no los hagas. Pero debes encontrar/inventar/copiar algunos gestos que se acomoden a tu forma de ser, para que así salgan naturalmente. Cuando hablas con tus amigos o mantienes una conversación informal, seguramente haces gestos para llamar la atención y hacer énfasis en ciertas cosas que dices. Esos son los gestos que debes usar cuando hables en público. Fíjate en el repertorio de gestos que tienes y trata de incluir los mejores de ellos en tu discurso.
Busca vídeos en internet y mira distintos oradores y sus gestos.
¿Cuáles de sus movimientos podrías adoptar?
¿Qué movimientos tienes en común con ellos?
¿Qué movimientos suyos se verían naturales en ti si los hicieras al hablar en público? ¿Cuáles no?
¿Cuáles de sus movimientos podrías adoptar?
¿Qué movimientos tienes en común con ellos?
¿Qué movimientos suyos se verían naturales en ti si los hicieras al hablar en público? ¿Cuáles no?
2. Recomendaciones para moverte en el escenario al hablar en público
Los movimientos que usas para hablar en público son una forma de expresar que estás cómodo con la situación y que te sientes a gusto con el espacio a tu disposición. Además, puede servir para ilustrar las diferentes progresiones de tu discurso.
Al igual que los gestos, el movimiento debe verse con un propósito claro. Tus movimientos, tu forma de caminar y de avanzar a lo largo y ancho del escenario debe verse como algo que tiene una intención. El movimiento debe ser seguro, limpio, impecable. Tus espectadores deben sacar la conclusión de que te estás moviendo de manera consciente, que sabes lo que estás haciendo, que tu cuerpo está controlado en todo momento.
Si tu cuerpo no está controlado, comenzarás a hacer movimientos y gestos que minarán la efectividad de tu discurso. Por ejemplo, te paras con los pies muy juntos, o incluso cruzas los pies. O comienzas a balancearte de lado a lado, o de atrás para adelante; o el peso de tu cuerpo se distribuye inequitativamente y terminas inclinándote hacia uno de los dos lados.
No dejes que tu energía corporal se convierta en energía nerviosa. Canaliza tu energía por medio de movimientos adecuados. A continuación, te ofrezco algunos tips adicionales para que los tengas en cuenta.
No dejes que tu energía corporal se convierta en energía nerviosa. Canaliza tu energía por medio de movimientos adecuados. A continuación, te ofrezco algunos tips adicionales para que los tengas en cuenta.
Planea tus movimientos para que no te traicionen en el momento más importante. |
Simula las condiciones de tu discurso
Es necesario entonces que practiques tu discurso teniendo en cuenta la gestualidad y el movimiento. Por tal razón, si vas a dar tu discurso de pie, no lo practiques sentado, o detrás de un escritorio. Si vas a hablar en un espacio limitado, no lo practiques en un espacio más grande. Simula la mayor cantidad de condiciones reales que enfrentarás para que puedas dar tu discurso de la mejor manera.
Practica tu discurso sin hablar
Di las palabras en tu mente y fíjate en tus gestos y movimientos. ¿Estás muy rígido? ¿No sabes qué hacer con tu cuerpo en cierta parte del discurso? ¿Te estás moviendo demasiado? Todas estas cuestiones debes solucionarlas mucho antes de que debas hablar en público.
Graba tu discurso y practica tu lenguaje no verbal
Inclusive, puedes grabar el audio de tu discurso y luego reproducirlo mientras planeas los gestos y los movimientos que harás en cada momento de tu presentación.
Graba un vídeo
Luego graba un vídeo y fíjate en los errores o en las cosas que no salieron tan bien. Mira detenidamente tus gestos y movimientos. Quita todo el volumen y céntrate en lo que haces con los dedos de tus pies, con tus piernas, con tus manos, con tus brazos, con tu ropa, con tu mirada, etc.
No te pares demasiado lejos ni demasiado cerca de tu audiencia
Calibra la distancia entre tu público y el sitio desde el que vas a hablar y trata no estar tan lejos como para desconectarte de la audiencia, pero tampoco tan cerca como para transmitir la sensación de que solamente le estás hablando a las personas que están más cerca de ti.
Estira tus brazos hacia adelante en forma de V y trata de capturar la mayor parte de tu audiencia con ese "abrazo". Con esta sencilla técnica podrás notar si estás abrumando a tu público delantero o si estás huyendo del escenario, como si no quisieras estar ahí.
Ten en cuenta que la forma en la que usas el espacio disponible transmite confianza, nerviosismo o incompetencia, dependiendo de qué hagas. Aunque no tengas mucha confianza en ti mismo, no aumentes el problema haciéndote en un rincón del escenario o al fondo del mismo.
Me has puesto a pensar bastante....gracias.
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